Más con menos.

Pocas veces nos damos cuenta de lo que tenemos. Dejamos escapar todas las maravillas que nos encontramos en la vida por buscar otras que tal vez ya no vuelvan. Intentamos dar la vuelta al reloj de la vida pero nos es imposible, y en vez de darnos cuenta de ello seguimos empeñados en buscar algo más satisfactorio en nuestras vidas. Mucha gente dice que el dinero no da la felicidad, y la economía nos cuenta que el dinero nos satisface moralmente. Tal vez por eso la gente esté confundida y crea que para la felicidad necesita urgentemente un coche más caro, una casa más grande, etc ... y no se dan cuenta de lo equivocados que llegan a estar. Empeoran sus vidas y nadie, absolutamente nadie es capaz de decirles que paren. Es demasiado triste ver como la gente echa a la borda su vida, al no pensar en las consecuencias, pero tal vez -Con algo de esperanza- la gente consiga romper esas cadenas que los atan a las vidas materialistas y puedan, por fin, ver lo que el mundo les ofrece. Que no es más feliz el que más tiene, si no el que menos necesita. 

Feliz año.

Tal vez esto llegue con algo de retraso, porque ya estamos a once y no a uno de enero. Pero mejor tarde que nunca, escuche una vez. 
Hemos empezado año, con todo lo que eso conlleva, más edad, más problemas, 365 días más por vivir, por hacernos oír. Más tiempo para oír a los demás. Demasiado tiempo para sufrir por desengaños, mentiras y derivados. 
Pero siempre hay que pensar en la cara buena de las cosas, tenemos un año más para enamorarnos y encontrar al príncipe que todas buscamos, que nos toque la lotería o  para reír a carcajadas de todos los momentos que vivimos años atrás. 
Es el momento de pensar en lo que queremos para este año, para poder decir si, este es mi año. Es la hora de crearnos metas que cumplir, hay que ser feliz con todo lo que la vida nos deje caer. Olvidarnos de los malos momentos. Momento de vivir para nosotros, no para ellos.